arte a veces
mortales acaso.
José Iges.
Mi primer feliz hallazgo fue el encuentro con una reflexión de George Steiner que convertí en la siguiente frase (que denomino frase-base de la obra):
si el arte logra a veces no ser superficial
es acaso porque somos mortales.
En esos momentos -año 2020- estábamos en pandemia en el mundo, es decir aislados y sin posibilidad de viajar. Si uno quería seguir en relación con los amigos, tenía que echar mano de las redes. Y como herramienta mediadora, del teléfono móvil. Decidí por tanto convocar a algunos de mis amigos por ese procedimiento y hacer una obra sonora contando con su amable participación desde sus ciudades de residencia.
A partir de aquellas premisas, todos los materiales han surgido de un único proceso, desarrollado en los siguientes pasos:
- De la frase-base extraje todas las demás (en total 167, incluidas sus derivaciones y versiones).
- Elegí a un centenar de amigas y amigos que pudiesenleerlas en castellano, repartidos/as por diversos países y ciudades del mundo, y les envié una frase a cada uno/a. No hay relación personal alguna entre el contenido de cada frase y la persona elegida para leerla.
- Les pedí que, de ser posible, leyesen la frase ante el micrófono de su teléfono móvil y me enviasen la grabación por ese medio, bien por email o WhatsApp, al mío.
- Los participantes tuvieron total libertad acerca del modo de interpretar la frase recibida. No les di ninguna indicación al respecto. Y así, entre otros resultados que enriquecen el conjunto, en ocasiones enviaron más de una versión de la misma.
- Edité las frases y las dividí en cinco audios diferentes, que conforman la instalación sonora. Algunas palabras o frases cortas de dos o tres palabras fueron tratadas con Max/MSP o con procesos de inversión o de cambio de altura. Estas últimas van intercaladas entre las otras, a fin de provocar una diferencia de rugosidad sonora, sorpresa y breve descanso de la atención respecto al sentido semántico del conjunto de la escucha.
- El sistema ECHOES me permite hacer sonar esos audios en sala, reflejados desde una web por unas balizas sensoras hasta el móvil de quien visita la instalación: el singular espacio del Cubelo se convierte así doblemente en un lugar de reflexiones. Ello cierra además poético-tecnológicamente el proceso, dado que comenzó y concluye con el uso del teléfono móvil de quien participa de un modo u otro en la obra.
José Iges, Madrid, mayo de 2024